Premio John Robert Doyle, Jr.
kit loney
pieles de dragón
Don Quijote cabalga a la escuela sobre Rocinante,
Sancho Panza detrás. "Tu cuarto
es una cueva enorme", me dice. Señala los pasteles.
de tortugas bobas clavadas en el tablón de anuncios.
"Paredes de roca", dice, "grabadas en historias". El asiente
hacia el fregadero que gotea y lo declara primavera,
milagro de agua pura burbujeando desde el interior de la roca.
Las sillas, todos soldados, arrodillados en estoica reverencia.
Y cuando llega, acelerado por el azúcar, exagerado por las hormonas,
tirando pedos asquerosos, pegajosos, maullando—
Don Quijote me dice que soy el domador de dragones,
destinado a calmar a esta bestia, persuadirla para que se rinda
los tesoros que guarda cerca del vientre,
flor pétalo-piel allí tan delgada
Puedo ver a través de redes de venas azul violeta.
"Único problema", dice Sancho Panza, su voz tan nasal
como mancha de pintura, "es que para cuando te estás poniendo
a ese tesoro, ya te han tragado".